La habitación de Claudia

Lo que parecía un armario de pacotilla nos ha llevado 2 días sacarlo todo de ahí. Para que luego digan de las mujeres... Un mueble de 3 puertas y 5 cajones y ¡la madre del cordero lo que tenía metido Javi ahí! Como podéis comprobar Arwen y él se resisten a salir aún. Quieren aprovechar hasta el último momento.

Ayer, después de desalojar la habitación - el resto de la casa es, para que os hagáis una idea, como si hubiera pasado el huracán Mitch ya que hay cajas por todos lados - intentamos desmontar el armario antiguo para poder aprovecharlo. 

Habíamos guardado hasta la última púa con mucho esmero, estábamos sudando como cerdícolas a pesar del aire acondicionado y cuando ya nos quedaba solamente desmontar la estructura de fuera se inclinó, se inclinó y se inclinó hasta partirse. 

Gracias a que el remolque de la bici estaba en la ventana sino el cristal habría ido a tomar viento y probablemente el vecino del primero hubiese terminado con el patio lleno de tablones y cristales.

En otro momento me hubiera echado las manos a la cabeza o a los pies pero nos miramos con cara de circunstancia, un silencio y unas carcajadas: Adiós armario.

Con suerte y, sino pasa nada, a las 10 tengo al carpintero montándome el nuevo armario. Y después vendrá la pintura. ¡Que me pilla el toro!