Adiós botines, hola sandalias

El calor ha entrado de golpe y porrazo. Pasé de llevar manga larga el miércoles a casi querer ir en bikini el jueves. Salí, como cada día, con mi manga larga y tenía que trabajar fuera de la oficina. A las 10:30 ya me había comprado una camiseta de manga corta y me había cambiado en los baños del Centro Comercial. Llegué a casa para que me costara la vida...

Al día siguiente no fue mejor y el calor, aunque no fue tan intenso, mi cuerpo parece que ya se resiente y cuando llegué a casa y me quité los pantalones no sabía si eran mis piernas o las de Dumbo. No tenía ni rodillas. ¡Qué barbaridad! Toda la tarde patas arriba y no he conseguido volverlas a poner como antes.

Esta mañana he secuestrado a Javi para que me llevara a la zapatería donde me compro siempre los zapatos. Tenía claro que no quería nada sofisticado, ni elegante, ni con tacón. Algo cómodo que no me den ganas de arrancarme los pies como el jueves o el viernes.

Me he probado cantidad de modelos de este tipo de sandalias pero estas han ganado por goleada. Son Panama Jack y cómodas no, lo siguiente. Como ir entre algodones. Me he pasado todo el día con ellas y ni una sola rozadura. ¡Acierto total!

El único fallo que tienen es el precio pero no puedo esperar a rebajas y visto el resultado las he pagado besadas.