La venganza de Palomica

Ay, que contenta yo con mis super botas farrutx de la muerte, de estreno total,COMODÍSIMAS por cierto, peaso compra donde las haya...

que iba yo tan pichi a una reunión con un cliente muy cabreado donde -por cierto- me iba a caer la del pulpo, y digo yo que si te van a poner a caldo mejor ir mona, o como decía Audrey Hepburn en "Desayuno con Diamantes", nunca recibir malas noticias sin los labios pintados.
¿Y que pasó?
Pues que la venganza palomina se cobró su víctima, las relucientes y virginales suelas de mis botas Farrutx me traicionaron y al doblar una esquina y cuesta abajo, en el maldito pavimento de las aceras madrileñas -ya sabéis, uno de puntitos en relieve ideal para ir con tacones- resbalé, me pegué un morrón y aterricé con el peso sobre mi tobillo derecho.

Al principio pensé que iba a ser incapaz de levantarme, pero poco a poco pude reptar entre mis botas y mi falda tubo de cuero negro y ponerme en pie con más o menos dignidad tras mostrar más o menos parte de mi anatomía a los paisanos del lugar. Menos mal que era temprano.
Caminando despacito y con pinta de "noooo si no me duele naaaa!" llego a la reunión, me ponen a caldo y me vuelvo a la oficina con mi compañero, que menos mal que fue amable y me llevó hasta mi coche con el suyo.
Esta tarde después de comer, decido que sería buena idea ir al médico, por eso de que era la primera vez que me caía de tan mala manera, y como tenía unas bailarinas negras en el maletero, procedo a quitarme las traicioneras farrutx para llegar a urgencias con un poco más de comodidad.
Y oh dios mío, desolación, me veo un HUEVO del tamaño de uno de avestruz en el tobillo, hinchado a más no poder y negruzco por momentos.
Me pego un susto de la leche y trisco para el hospital de torrelodones -menos mal que podía conducir- a urgencias, a ver si es que me tenían que amputar o qué.
Y no, no hubo que amputar, un simple esguince identificado por palpación y radiografía, para el que me han recetado lo clásico: reposo (ja) frío´e ibuprofeno y una cosa rara que no sé cómo se llama.
Lo que mejor me ha ido ha sido la receta que os adjunto:

Si es que ya se sabe: para los esguinces y la tripa suelta, ¡coca cola! :-D
Besazos!