martes, 9 de julio de 2013

Crónicas peruanas (2)

AREQUIPA
Arequipa es una de las ciudades más importantes de Perú, bastante poblada e industrializada.
Tiene un aire colonial muy marcado (se nota mucho en el casco urbano) y es muy impresionante ver el Misti al fondo (un volcán inactivo). Es una ciudad muy bonita. Nosotros tuvimos la “suerte” de coincidir el día de su fiesta (15 de agosto). Yo cada vez tengo menos claro que eso sea buen, hay más jaleo, los hoteles son más caros y si te descuidas, las cosas pueden estar cerradas.
A mí, que debo de tener un barómetro humano en la cabeza, ya me empezó a dar el soroche (mal de altura) y estaba floja de cojones.  Ese mal suele dar a partir de los 2400 metros de altura (Arequipa estaba un poco por debajo), pero yo no estaba fina. Nada fina.

Misti al fondo

Reponiendo fuerzas en la Nueva Palomino (Arequipa)

CHIVAY
Desde Arequipa, fuimos a Chivay en autobús, cómo no. Nuestra intención era ir al día siguiente al cañón del Colca al amanecer y ver el vuelo del cóndor. A Chivay llegamos ya de noche, y si algo me llamó la atención es cómo un pueblo tan pequeño tan pequeño, tan pequeño, tenía tantos hostales/pensiones/antros. Y una fiestuca que no veas. Una señora en la estación nos habló de su hostal (luego me di cuenta que era mejor huir de esos sitios). Era un antro tremendo, el chavalín nos pedía 30 soles, pero una pareja de extranjeros me dijo que ellos habían pagado 20. Aunque 30 ya me parecía poco (¡¡8 euros!!), lo estrujé al máximo y accedió. En Perú es sin duda donde menos hemos pagado por el alojamiento, y porque íbamos buscando sobre la marcha y regateando lo posible. Ya nos habíamos apuntado algún sitio, pero los precios por internet eran mucho más elevados de los que luego nos encontramos. Vamos, que en la India hicimos un poco el canelo, sinceramente. También es cierto que los estándares de la India son más… básicos.
Dormimos apenas 4 horas, y las 4 de la mañana (si, a esas horas) pillamos un bus camino al cañón del Colca. En concreto, a la cruz del Cóndor (un mirador).

Plaza De Armas (no podía ser de otra forma) de Chivay.


CRUZ DEL CÓNDOR
Si algún día vais a Perú en invierno, recordad que el concepto de calefacción en el bus no existe. No me preguntéis por qué, pero nunca la ponen. O no funciona, o yo que sé. La gente autóctona se sube los plumas, los nórdicos,¡¡mantas!! a los buses, porque saben lo que hay y que se pasa un frío de cojones.
A mí una buena señora me vio la cara de frío (como fui en plan mochilero, llevaba el abrigo justo, en plan capas de cebolla) y me tapó con su manta. TREMENDO.
Y llegamos al cañón del Colca, un frío que pelaba, de noche… Sabíamos que había una especie de impuesto (no sé si legal o revolucionario) que te obligaba a pagar por entrar en el cañón. No nos pudimos librar, pero al final pagamos como Latinoamericanos, gracias a una pareja de la zona que iba con nosotros en el bus(el marido estaba trabajando en Europa).

El cañón del Colca per sé es impresionante, da vértigo. Pero es que además tuvimos la suerte de ver no a uno, sino a muchos cóndores. Impresionante pájaro el cóndor. Enorme, majestuoso. No hay palabras. Las imágenes se quedan cortas.

Mirador

No se aprecia el tamaño, pero os juro que es enorme.

Impresionante Cañón del Colca.

Tras la paliza del día, vuelta a Chivay. Y vuelta a coger otro autobús. Esta vez rumbo a Puno.
Nosotros sabíamos que para poder ir a Puno, no quedaba otra que ir hasta Arequipa, y ahí coger un bus rumbo a Puno. Era una paliza tremenda, así que el parejo, que es muy espabilado, tuvo la idea de parar justo en el cruce de ambas poblaciones. No era una parada oficial, ni sabíamos si nos iban a parar los buses procedentes de Arequipa, pero había que intentarlo. Que en peores plazas habíamos toreado…
Pedimos el stop en el cruce:
-Nos bajamos aquí.
(Unas españolas)-¿Pero a dónde vais?
-A Punto, a ver si nos para algún bus.
-Nos bajamos también nosotras.
Y ahí nos plantamos, en medio de la nada. Vemos aparecer un bus, y le pedimos que pare. Nos para. No hay sitio en el bus, pero nos ofrece ir con él en el compartimento del conductor (aislado del resto por una puerta). Le pagamos, dinero negro, y para adelante. Al final ese dinero fue íntegramente para él (y le pagamos un poco menos de lo oficial), pero con la vida más perra que llevaba el pobre conductor, se lo merecía. Su trabajo no era duro, era lo siguiente. Trabajaba sin parar durante no sé cuántos días seguidos, turnándose con otro conductor que iba durmiendo mientras él conducía. Y encima por un módico precio…

PUNO
Y llegamos a Puno (de noche). A estas alturas yo mascaba hojas de coca como una descosida para intentar evitar el mal de altura (Puno está a 3800 m de altura).
Buscamos un hostal, como de costumbre, encontramos una pensión básica pero limpia, y encima nos ofrecieron un buen precio para la excursión del día siguiente.

Lago Titicaca (que no tikitaka), Puno al fondo.

A la mañana siguiente, hicimos la excursión para ver las islas de los Uros y Taquile. Las islas de Uros están hechas de juncos que flotan sobre el lago Titicaca. Es una pena, porque la esencia de las islas se ha perdido un poco por el turismo. Ahora, las excursiones a la isla consisten en llevarte a unos garitos (de junco, eso sí), donde te intentan vender cositas supuestamente hechas a mano. Son una monada de islas, pero todo un poco falseado, creo yo. Aunque he leído que realmente viven.
Una de las muchas islas de los Uros.

La isla de Taquile es una isla de verdad, con gente viviendo ahí todo el año, y donde es posible comprar cositas hechas a mano que son una monada. Yo que iba pelada no compré nada (y me arrepiento). Como nuestro tour era de los cutres, al parecer, el guía (por llamarlo de alguna manera) nos dejó de por libre hasta la hora acordada. Uno de nuestros compañeros de tour se flipó, se perdió y nos pegamos como 2 horas esperándolo.

Taquile.

Vuelta a Puno… y vuelta a un bus, rumbo a Cuzco. Machu Picchu estaba más cerca.
No recuerdo haber pasado tanto frío en un bus como lo pasé esa noche. Le pedí al conductor que POR FAVOR pusiera la calefacción (que es gratis, co**). En fin, noche toledana como pocas…
Unas cuantas horas después, llegábamos a Cuzco. Estábamos en el Valle Sagrado…

Continuará…

9 comentarios:

  1. Me ha encantado esta segunda parte de tu crónica... me están entrando ganas de irme a Perú y a mismo. jajaja

    Que curioso que la gente se vaya con mantas al autobus del frío que hace...

    Un besazooo

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  2. Me estoy riendo muchisimo con tus crónicas peruanas resalá!

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  3. No sé cuando habrás escrito estas crónicas pero esta claro que todas estas cosas se han quedado grabadas en tu retina y que jamás las vas a olvidar. Tu relato me parece a ratos espeluznante y me recuerda a alguna peli buena que he visto con buenísima banda sonora.
    Gracias por compartirlo con nosotras, cuando se tiene ya niños, de este tipo de aventuras 0%

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  4. Con niños imposible, y sin niños yo tampoco me atrevería, hay que ser muy osada y aventurera! Me da un poco de pánico ir en ese plan en un sitio desconocido, con conductores de autobus que permiten irregularidades por la pasta, en fin, que no, que no...
    Ahora los paisajes y mirando para atrás y que todo salió bien, es otra cosa, un viaje inolvidable!

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    1. Mi parejo como es un atacao de la seguridad ni loco iría así. Todos los paises sudamericanos le parecen un peligro y ¡razones no le faltan! Si mi hermana se animara a contar qué se cuece por allí y que le ha pasado a ella... Con decir que un día fue sola al centro de Lima y la familia de su parejo la tomó por loca de remate...

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  5. Aunque soy de las fantasmas de esta página (estoy,pero nunca doy señales de existir...)no puedo resistir a decirte que tus crónicas me han encantado porque Perú es el único chachiviaje que he hecho...me refiero a viajar así de lejos...el leer tus crónicas me hacen recordarlo!!!Gracias por compartirlas!!!!

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  6. Me encanta todo lo que cuentas. A mi también me gustaría ir a Perú y ver las maravillas que tienen.
    Como dice Paolita hay que ser valiente para ir a la aventura porque podría pasar "cualquier cosa" (pillos hay en todos lados) y gracias a Dios no pasa pero ¡yo estaría en ese cruce esperando el autobús con un dolor de estómago pensando que no llegara nada y me quedara ahí...! jajaja

    Además, no me imagino al parejo regateando. Pagaríamos 100 euros por dormir en una cama con chinches, no me dejaría subir al bus a no ser que llevara un billete ordinario,... Vamos, que voy a la aventura y puede terminar en divorcio xD

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