viernes, 9 de septiembre de 2011

Mi viaje a la India (3)

Llevo unos días sin hacer post de la India… se me acumula el tajo, así que voy a seguir un poquito.

BODH GAYA
Como os comenté, es un lugar santo del budismo, donde le vino la inspiración al príncipe Siddharta. A mi sinceramente no me vino ninguna inspiración, es más, no paró de llover en toooodo el día, acabé con los pies empapados (como si estuvieran metidos en un charco), lo cual no resulta muy cómodo que digamos.


Gran Budah (arriba) y templo de Mahabodhi (abajo)

Aquí tuvimos un pequeño rifi rafe con un autoricksaw. De Gaya (donde llegamos en tren) a Bodh Gaya es necesario coger un rick saw compartido. A la ida fuimos a un precio razonable (oficial), pero a la vuelta, el mismo chavalín ya no nos quería llevar por el mismo precio, porque su “jefecillo” (un notas de poco más de 17 años) le decía que por ese precio no, que nos fuéramos andando. Apareció un profesor de colegio (benditos profesores) que nos echó una mano, dio la cara por nosotros, le dijo al capullo ese que cómo nos trataba así, y que consiguió que volviéramos al pueblo al precio oficial. Por supuesto, ahí no acabó la cosa. Una vez que llegamos a Varanasi (en tren desde Gaya) tuvimos que coger otro ricksaw compartido (con otras 3 personas). Acordamos un precio, 35 rupias en total. Llegamos al destino, le doy las 35 rupias y me mira raro. Me dice que nanay, que son 100, luego que son 35 por persona. Se empieza a arremolinar gente alrededor. “It’s not truuuu”, me dice un desdentado. Ay ay ay que me estoy cagando. El conductor nos tira el dinero, mi novio se lo tira. Yo me empiezo a poner nerviosa. “Call the police”, dice el conductor. “Vale, call the police, dice mi novio. Obviamente ni police ni leches, nos fuimos y ahí se quedaron, porque como os dije, son muy escandalosos pero inofensivos. Yo estuve mirando por encima del hombro todo el rato, con la paranoia de que nos iban a seguir, pero nada de nada.

Después de un largo día, y del frío que tenía, sólo estaba pensando en una ducha calentita. Pero como en la India las 24 horas de agua caliente son un lujo, y hay hasta toques de queda, pues no me quedó otro remedio que ducharme con agua fría. Biennn, yuhuuuu.

A la mañana siguiente, tuvimos que volver al aeropuerto de Varanasi, después de regatear de lo lindo con los auto ricksaws, y es que los desplazamientos en la India son una comedura de tarro. Traduciendo a euros, todo es poco, por eso es un error traducir a euros, en la India te tienes que mentalizar de que los precios son diferentes, porque si no acabarás pagando muuucho más.

Volábamos a Khajuraho…

KHAJURAHO
La peculiaridad de este sitio es que tiene un gran número de templos hinduistas con esculturas eróticas. Yo me espera una orgía de posturas, pero a la hora de la verdad, al final no hay tantas…
Así como Varanasi tiene el mayor número de perroflautas por m2, Khajuraho lo tiene de niños plastas. Montones de niños ociosos que no tienen otra cosa que dar por el saco. Te siguen y te empiezan a hablar inglés, con la excusa de que les viene bien para practicar, te siguen a donde haga falta y no te dejan ni un rato a solas. Nosotros fuimos “víctimas del timo del niño plasta”, que te cuenta cuatro chorradas en castellano para hacerse el cachondo: cada de la vaca, coca cola loca. Cuando le dijimos que la Lonely Planet era buenísima, dijo que no, que contaba muchas mentiras, que no todos eran iguales (es que la Lonely te avisa de estos “timos” así como te advierte de que tienes que regatear). Todo para una hora después, soltarte que si le das una ayuda para los estudios. Mira, niño, si quieres una ayuda para los estudios, deja la moto (que el jodío tenía moto) y estudia más.


Éstos son templos gratis que había por el pueblo 

Ponno del duro... 

Estos templos son de pago, son lo que tienen más imágenes erótico-festivas.

Creo recordar que también fui casi víctima del “hombre que te ofrece papel del culo en el baño de los templos de pago”. Porque aquí, casi todo lo que te ofrecen, NO es gratis. Los que te bendicen y te ponen un círculo rojo en la frente, también cobran (el equivalente exótico de las gitanas con sus ramitas de romero).
El hotel para llorar. Así no hay manera de que alguien se ponga a tono, por mucha posturita sexual que veas… Las sábanas de pena, con unos lamparones que daban miedo.

De Khajurajo, teníamos que coger un par de trenes para llegar a Agra. El Taj Mahal estaba más cerca. Salir de ahí fue horroroso, el primero de los trenes tuvo un retraso de dos horas, y casi no llegamos al segundo.

AGRA
Por fin Agra. Llegamos por la noche, regateo con el auto ricksaw de turno (porque aunque fuimos a uno prepagado, incluso esos se pueden regatear, de lo oficionales que deben ser). Y no encontrábamos el hotel… “Ay madre, que nos han timado, que el hotel no existe”. “Calla agonías, que tiene que estar por aquí”. No me extraña que no lo viéramos: el hotel era la cuarta planta de un edifico a medio completar. Pero qué hotel, qué limpio, qué nuevo y qué de todo. Sábanas impecables, ducha de verdad… Lo de la ducha de verdad lo digo en serio, que el concepto de ducha en los países asiáticos (y en otros hoteles de Europa, vamos) se reduce a alcachofa en medio del baño y fin, y a mojarlo todo… Pero no es creáis que un hotel pichi se libra de que la intenten meter doblado, no, no. Uno de los conserjes nos dio mal la cave de la wifi (gratuita) para amablemente cedernos el ordenador de recepción. Luego nos lo quiso cobrar. Por supuesto, no le pagamos.

El primero día vimos el fuerte, con vistas al Taj Mahal, y fuimos a la otra orilla del río ¿Yamuna? a ver el Taj desde el otro lado. Espectacular. Y más aún de cerca. A mí no me decepcionó, todo lo contrario. Tenía un poco de miedo de que me pareciera pequeño o algo así, pero no, es espectacular, es una barbaridad, es la muestra de amor más salvaje que he visto nunca. Ese emperador loco quería hacer una réplica en mármol negro, pero no sé si murió antes o no le dejaron, porque arruinaba la ciudad.
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo que lo veáis en todo su esplendor…

El fuerte de Agra.

El Taj Mahal desde el otro lado del río.

Las 7 de la mañana en el Taj Mahal. Os prometo que no es una foto de la wikipedia.

Otro punto de vista.

El último día lo dedicamos a visitar Fatehpur Sikri, es una cuidad mongol a 35 km de Agra, con una mezquita donde se encuentra ubicado el 90% de la población más plasta de la India: entre descalzarse, taparse las rodillas y lo que haga falta, se encargan de que tu visita sea lo más acogedora posible. Yo iba de largo y no me podían decir nada, pero se encargan de darte mal de más formas. Un niño plasta me dice que si esto es un sitio religioso, que quiere practicar inglés conmigo, y que sea respetuosa, que bla bla bla, a lo que le dije que qué sabía él de mi espiritualidad, que igual era más religiosa que él, y que ya me conocía el timo del niño que quiere aprender. Lo jodido es que encima se cabrean y te dicen que no todos son iguales, todos no, pero el 80% en torno al turismo, sí. Y es que al final, te saturan y te cansan, te cansan mucho.

Fatehpur Sikri.

Lo siento chicas, este post me ha salido algo más serio y soso, es que a estas alturas ya estaba tan integrada que me lo tomaba todo a cachondeo. Espero que hayáis disfrutado con las imágenes del Taj, aunque no le hacen justicia. Es una maravilla con todos los honores.
Besos!

8 comentarios:

  1. Pues sí que he disfrutado Vane, me ha emocionado.
    Me imagino que todo lo que has visto se quedó clavado en tu retina porque es maravilloso como lo cuentas. Gracias por compartir tal experiencia con nosotras!

    ResponderEliminar
  2. Me encanta el relato pero creo que me agobiaría muchísimo, estar regateando, evitando timos todo el día me parece agotador.
    Las fotos eso sí, todas espectaculares pero ... ¿y una donde esté nuestra tarjetera viajera?

    ResponderEliminar
  3. Tu viaje, es increíble, para bien Y para mal...
    con respecto a los templos, yo seguro que lloraba ante tal arquitectura, y más sabiendo el significado... por cierto, me refiero al Taj, no a las guarreridas españolas, einnnnnnnnng??

    ResponderEliminar
  4. Estoy con Xys, muy intenso, tanto, que no creo que me anime a visitar India, al menos no en plan de por libre...
    Si,si foto de tarjetera viajera,ya!

    ResponderEliminar
  5. Qué bonitas fotos y que experiencia más intensa. Lo peor creo que es lidiar contra los timos, niños plastas...etc. (te quieren tocar la fibra sensible y te hacen sentir mal...)

    ResponderEliminar
  6. que maravillosas fotos y que lugar tan emblematico!! precioso viaje!!!

    Paula

    ResponderEliminar
  7. La verdad que si que es agotador, lo del regateo te quitaba hasta el sueño, aunque llegaba un punto en el que te acostumbrabas y cada vez lo hacías más rápido.
    Con lo de los niños, pues acabas haciendo hasta coraza, obviamente van a tocarte la fibra: en las estaciones de tren, ya ves venir a la niña, que establece contacto visual contigo, te localiza y se trae al hermanito pequeño consigo, para que te de mas pena.
    En fin, y es que cuanta más pobreza, más niños tienen, cosa que ni se me ocurriría, pero es otra manera de ver la vida... No sé si es verdad eso de que llegan hasta alquilar a niños para que vayan pidiendo, es tremendo...

    ResponderEliminar
  8. muy buen relato, y un viaje apasionante. lástima que la menda sea una comodona de narices!! y lo del regateo, paso, qué pereza!!!, debe venirme de herencia, porque mi madre consiguió sacar de quicio a un vendedor del bazar de estambul, hasta tiró su propio puesto por el suelo! :-D

    ResponderEliminar