jueves, 8 de julio de 2010

Juguetes de nuestra infancia - 2ª Parte

Versión pija guay vs Versión "cutrepatinesdetodalavida". Cuantas ostias nos contemplan.
La versión cutre la tuve durante muchos años hasta que con 11 o 12 me regalaron los otros. Solo se veían patines porque por piernas tenía dos alambres.
Nunca tuve uno de estos. Los juguetes Playskool eran muy caros para los bolsillos humildes de nuestros padres. Eso que se ahorraron, porque al segundo día el potato tendría una oreja debajo del fregadero y un brazo encima del mueble del dormitorio de tus padres. Éramos así de cabrones.
Yo tampoco tuve ninguno de estos, pero casi. Me regalaron una Nancy y le arranqué la cabeza. El problema es que luego no se podía volver a poner. Nunca más me regalaron muñecas.
Que levante la mano quien nunca se ha echado una bolita de plastilina a la boca ¿Entedéis ahora por qué hemos terminado así? Plastilina con Peta Zetas. Eso sí que eran drogas.
En el colegio me hice unos pendientes de plastilina. Un compañero que tenía, que no era muy listo, me dio un palmetazo con ambas manos y me dejó los pendientes pegados al pelo. Coño, qué trabajo cuesta quitar la plastilina. Recuerdo a mi madre poniéndome aceite en la cabeza y a tirones ¡ahhh!
Por favor. A mí se me levantaba con La Bombi. Como voy a jugar a esta mariconada.
Probablemente por eso ahora reciclo tanto. La mitad de la selva amazónica me la cargué usando folios para hacer dibujos.
Con esto sí que fardabas. Y si encima tenías un amigo cachondo que sabía hacer la voz del Pato Donald tenías película doblada al mismo precio.
Mi hermana mayor tuvo uno y qué mosqueo se cogió cuando se lo desarmamos.
Muy sofisticado, pero al final te dabas cuenta que montándote un juego de los barquitos con lápiz y papel salía mucho más barato y no tenías que perder media hora colocando barquitos. Eso sí, la versión con sonido y alarmas nucleares estaba bastante chula.
Creo que es uno de los pocos juegos que no tuvimos. Pero no nos hacía falta porque jugábamos con un folio doblado para aplastarnos los barcos.
Dios, y la gente se metía en la piscina con esto después de ir andando hasta allí desde su casa y seguro que después de pisar una mierda de perro. Cuando se metía el aguilla entre los dedos y debajo de la planta del pie daba un refrescor muy placentero. Hoy forman parte del atrezzo de los de Muchachada Nui.
De estas tuve unas cuantas y cada año de un color distinto. 30 años después mi hermana se ha comprado unas primas hermanas de estas jaja
Estas, a las tías, les salían de puta madre. Los tíos no perdíamos el tiempo comprando tres alambracos de estos, pero quedaba de puta madre decirle a una pava "¿Me haces una?". Si decía que sí es que le molabas y ya te ponías tú como cuando veías a La Bombi.
Un verano en el pueblo de mis abuelos paternos me hice rica haciendo estas pulseritas jaja
Estos hijoputas sonaban na más que al desenvolverlos y a veces ni eso. Cuando le dabas tres chuperretás y dejaba de silbar lo mirabas con atención y pensabas "Y me tengo que comer ahora todo esto". Solución, cuando tu madre, que te lo había comprado a regañadientes, no miraba, lo tirabas a la primera papelera que veías. En el suelo no que te pillaban. Y si les asombraba ver lo rápido que te lo habías comido solamente tenías que decir "Sí, es que lo he masticado". Tres cojones, pues no daba dentera masticar un caramelo.
Era imposible quitarle el emboltorio. Creo que los pegaban con loctite porque sino no me lo explico.
Después de chupado lo dejabas en cualquier sitio y otra vez a la boca. ¡Y no nos moríamos!
Cuando eras el primero en tenerlo, hasta la más guapa de la clase se quería sentar a tu lado. Luego, cuando ya lo tenía todo el mundo perdía interés y regresabas al Bic Naranja escribe fino y Bic Cristal escribe normal. No sé si lo recordáis, pero cada color olia de una forma diferente, casi como los distintos sabores de los chicles Tico Tico.
El mío era más falso que Judas. Lo que vendría siendo ahora un boli de "los chinos". Cuando se te acababa el color que más te gustaba acababas dejando el boli por ahí arrumbado.
Me acuerdo también de los muñequitos de D'artacan que venían con los Phoskitos. Manda huevos, lo buenos que estaban los Phoskitos y comprarlos na más que por un muñecajo.
Tener una goma de borrar de los Phoskitos en mi época era lo mássss.
Versión tocapelotas número dos. Recurrir al mismo argumento que el Tragabolas para entender hasta que punto acababan nuestros padres del dichoso "meeeeeeec". Eso sí, conseguir sacar el hueso de la risa sin darte un calambrazo era la polla.
Creo que los huesos del juego me duraron la primera semana. ¿Se los comería mi hermano?
El primer gran juego sexista de la historia. Como te tocase una mujer estabas bien jodido porque solamente había cuatro en todo el tablero. Como al cabrón de tu amigo le diese por preguntar "hombre o mujer" te hacía la puñeta. Le veias volcar el noventa y cinco por ciento de sus casillas y tardabas cero coma en cagarte en su puta madre.
Con este juego mi hermano y yo siempre terminábamos tirándonos de los pelos.
Los chicos de nuestra generación hemos ejercitado la muñeca de dos formas. Una ya la sabemos todos, más que nada porque muchos seguimos recurriendo al ejercicio. La segunda fue rebobinando cintas con un boli Bic porque al hijo de puta del Walkman le duraban menos las pilas que al Atleti una alegría.
Lo mejor era cuando el walkman te enredaba la cinta, te pegabas media hora desliándola y después parecía que cantaba otro jaja
La de veces que hemos guiñado el ojo de forma instintiva después de apurarnos un vaso de Tang Naranja de un trago. El de limón era ya para que el que tenía un par de huevos. Aunque el verdadero rey de los Tangs era el tropical. Lo que no sé era porque las madres lo compraban tan poquitas veces.
Imposible de beber. Mi madre nos compraba sobrecitos de naranja y se terminaban caducando.
El que era un poquito más pavo y retrasado que los demás no había terminado de mordisquear el dedo meñique cuando una gran cascada de caldo rosa le escurría por las muñecas. Había que tener mucho cuidado con el puto Frigopié. O te lo comías de una sentada o no llegabas ni a la zona de los callos.
Fue el helado que más comí de pequeña junto con el drácula xDD
Qué hijoputa el Simón de los huevos. Fue el predecesor del Tetris en cuanto a dormirme soñando con las putas casillas de colores. Rojo, rojo, rojo, azul, amarillo, rojo ¡Y no te dormías más que pensando en los putos colores, me cago en su puta madre! ¿Y todavía dicen que el alto índice de esquizofrenia en nuestra generación es culpa de las drogas duras?
Mis primas tenían uno de estos y ¡no me gustaba nada! Todo lo que no fuera desarmar o destrozar cosas no me motivaba.
Este era el más hijo de puta de todos los juegos. Cuando ya tenías todas las putas anillas enchufadas siempre había una cabrona que se quedaba atrás, como el compañero más gordo en clase de gimnasia. Y por más cuidado que tuvieses en intentar llevarla hacia arriba al final, en el úlitmo apretón de agua se te iban todas las demás a tomar por culo. Creo que con este juego aprendí a insultar.
Con este tuve paciencia cero. Mi hermano y yo terminamos desarmando el juguetito. Así entraban las anillas a la primera.

Gracias a estas piezas de museo a nosotros no nos pueden decir aquello de "no sabes hacer la "o" con un canuto". Se merece una cononización el jodido tío Rubio. Excomunión de Escrivá de Balaguer ya y pontificación de Rubio, el de las cartillas.
Los pelos como escarpias se me ponían cada vez que mi madre me traía una a casa, que era bastante corriente que pasara xDD

Era un regalo muy recurrido en los viajes a Torrevieja de tu tío el que vivía en un piso con dos cuartos de baño. Los que solamente íbamos de vacaciones al pueblo teníamos que conformarnos con conocer España desde estos cacharros. Sin duda alguna, son los grandes culpables de nuestras miopías y nuestros astigmatismos. Y encima los veías y al lado de cada monumento había aparcado un seiscientos y mil quinientos, cuando en aquellos años ya existían en Renault Fuego. Solamente eran superados por aquellas caracolas de mar a través de las cuales, te decías, podías escuchar el mar. Y, con dos cojones, te lo creías.
Todavía hay alguno de estos en casa de mis padres. No se veía una torta...
Había dos condiciones para comerse este helado como un buen degustador de Mikolápices. Uno era saber dejarse todo el chocolate para el final y otro chupar la base como un condenado para ver si te raspaba la lengua. Si raspaba es que había un Mikopremio y te había tocado otro Mikolápiz. Se conocen casos de hasta cuatro raspaduras de lengua consecutivas y cuatro días sentado en la taza del váter por culpa de una colitis.
Efectivamente, un verano, en el pueblo de mi prima me compré un Mikolápiz y terminé comiéndome 4 o 5. Fui la envidia de todos xDD
Estos se empezaban a usar en primavera, cuando venían los primeros calores. Se empezaba con un juego muy inocente que era ponerse todos en corro e ir pasándolos unos a otros a ver quien era el pardillo a quien se le explotaba. Cuando estabas hasta los cojones de pasar globitos de mano en mano te daba por lanzarlo contra la cabeza del más pardillo y ahí empezaba la guerra porque siempre había un puñado de globos en el suelo como recámara. Otra opción era inflarlos en casa con el grifo del baño y tirarlos a la calle al primero que pasaba mientras tus padres dormían la siesta. Al final siempre terminabas con un buen capón pero las risas no te las quitaba ni Dios.
Madre mía, pues no hemos pillado mi hermano y yo palos por tirarle globos a la gente desde el terrado xDDD

11 comentarios:

  1. Madre mía, soy del 77 pero he tenido todo, todo lo que has nombrado. Si es que mi madre me indujo al consumismo, está claro. Bueno, todo por que sino era mío era de mi hermano. Como ha pasado el tiempo ... y a mí me encantaban las falutas maléficas que nombras y el frigopie. Pero sobre todo, no se si os acordareis, el tiburón que era azúl y el negrito (lo sigo prefiriendo a los cornetos)

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  2. Yo soy del 76 y tmb lo he tenido todo, y era genial , que forma tan diferente de divertirnos en comparación con ahora, el diseña la moda me encantaba, el tang en verano era lo mejor, el super cine exin, era un pedazo de juguete aunque solo traía dos o tres peliculas y mudas claro..., que buenos recuerdos, yo tengo guardados mucho de esos juguetes, me encantan...

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  3. Yo soy del 76 también y lo he tenido todo. Pero creo que es porque no había nada más jajaja.

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  4. jajajaj que risa con lo de el ¿quien es quien?, mi madre lo escondia pq siempre había peleas, me acuerdo que cuando veía que perdía cambiaba la tarjeta del personaje, y cuando alguno de mi hermano me decia ya se quien es, es tal y yo le decía que no, ponían una cara jajaja, a continuación a palo limpio jajajajajaj.

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  5. Cinexin, teleskech, las sandalias esas de agua.. en fin todito todito... Si que trae recuerdos!

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  6. MADREMIA QUE RECUERDOS...

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  7. Jajaja Fati ¿Por que´te crees que he puesto que nos tirábamos de los pelos? Pero ahí no quedaba la cosa. En cuanto mi madre nos escuchaba pelear, zapatillazo al canto juasss

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  8. Esta segunda parte también me ha encantado!!!! todavía sigo teniendo unos patines, mi amatxu me los compró grandes para cuando me creciese más el pie... total, que hasta que me creció el pie lo suficiente me tocaba llevar como mínimo 3 pares de calcetines, qué fuerte!!!! los guardo como una reliquia.
    Yo tampoco tuve a los potatos pero disfruté de ellos cuando se los regalaron a mi hermano, estos hermanos pequeños mimados... ja,ja,ja.
    Qué post tan chulo!!!
    Gracias por esta fantástica recopilación.

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  9. Ohh!! El diseña la moda, la rueda esa para dibujar modelos con distintos trajes ¡cuantas horas le habré dedicado! Me encantaba, la cabra tira para el monte, por eso me gustan tanto los trapitos.
    y en cuanto a lo demás, yo soy del 84 pero también he tenido la mayoría de cosas, incluida la tele esa de recuerdo de los viajes, bueno eso lo tenia mi abuela en su casa y yo me pasaba horas dandole al boton.

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  10. ohhhhhhhhhhhhhhh yo es que soy dl 78 y el cinexin ya iba de paso, pero vamos mi marido tiene uno, bueno es d la hermana y esta nuevisimo hasta con la caja, sus pelis,yo le he dicho que lo coja para mis niños. Los patines primeros eran de los que iban creciendo con el pie, yo tube los dos, aunque los d botas todavia stan por casa de mis padres, jo cuantos anillos me he roto enganchado en las rejas d las ventanas cuando me tiraba por cuestas enormes ja ja ja. De las cangrejeras nunca tube ninguna es que yo he sido presumida toda la vida...

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  11. Qué recuerdos.... yo soy del 74 y tuve muchos de los que has recopilado, eso sí no todos....

    El potato era mu modenno para mí (vamos, que yo creo que cuando salió se me había pasado esa época).
    El simon fue el juego que siempre quise tener y nunca tuve :-( De hecho tengo intención de comprárselo a mis nenes algún día (y con la excusa...)
    El de hundir la flota yo tuve el de la "no computadora" y jo!!!!! yo quería el de la computadora....

    Jajajaja, si al final resulta que tenía traumas infantiles y todo ;-D

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