3º día: Rotterdam y Breda

De nuevo Javi me levanta a las 7 de la mañana. ¡Dios, este tío va a fulminarme!

Antes de coger el tren rumbo a Rotterdam compramos en la panadería de la Estación Central unos brioches con pintitas negras.

- ¡Estos, estos, que son de chocolate! - Dice Javi agarrando la bolsa como si se la fueran a quitar.

Un establecimiento de zumos naturales al lado. ¡Ostras, qué rico!

Javi decide experimentar y pide una cosa rara. La prueba y no le gusta. Me pone cara de cordero degollado y adivinad con quién hizo el trueque del zumo.

Me tuve que tomar esa cosa asquerosa cuando mi zumito era riquísimooooo... psss.

Cuando llevamos un rato subidos al tren Javi abre la bolsa de los brioches de "chocolate".

- ¡Me has engañao! ¡¡¡Esto tiene mocos!!!

- ¿Qué dices, lerdo?

- Esto no es de chocolateeeeeeee, son pasas, mocooos, ¡qué ascoo!

Rumbo a Rotterdam, a la derecha de la foto los Brioches de mocos

y el zumo vomitivo

Menos mal que estos bollos si me gustaban y no como el zumito.

Javi sigue malo, con mala cara y de mal humor. ¡Psssss! El lado positivo de la mañana: solo tardamos 10 minutos en comprar el billete y coger el tren.

Llegamos a Rotterdam. La Estación y alrededores está en obras. Muchas obras, casi no se puede andar... Me dieron ganas de volver a meterme en el tren pero nos dirigimos a la oficina de turismo donde nos regalan un mapa y una guía y nos dicen que hay un momento que se terminan las obras.

Puente Erasmus, Rotterdam

Comenzamos a caminar hasta el puerto. ¡Qué ciudad tan fea! Lo siento por los habitantes de Rotterdam pero no me gustó absolutamente nada.

Museo Marítimo, Rotterdam

Habría investigado más por la ciudad pero visto el estado y el humor de Javi le sigo la corriente para no terminar yo también con caras largas.

Museo Marítimo, Rotterdam

Buscamos un lugar para desayunar. Al ser domingo está todo cerrado y tenemos que andar un montón hasta dar con uno abierto.

Junto al Museo Marítimo

Tras tomar un suculento desayuno con tarta de manzana incluída (la primera cosa buena del día jaja) nos topamos con Mercado y más adelante una feria de vehículos ecológicos: Bicis, bici-taxis, coches eléctricos... Mira por donde vimos algo bastante interesante.

Este buen hombre cada vez se encuentra peor. Me propone irnos, que esta ciudad le parece horrible y que ya ha visto bastante.

Y llegamos a Breda, preciosísimo lugar, encantador, acogedor y con construcciones de cuento. En pleno centro se levanta una impresionante iglesia, Grote Kerk.

Grote Kerk, Breda

Mágnifica por fuera y espectacular por dentro. Son muchísmas las fotos que hicimos pero no las puedo colgar todas, pesan mucho. Tiene un órgano que es una pasada. A ver si puedo hacer un vídeo con las fotos y veis qué sitios más bonitos hemos visitado.

Grote Kerk, Breda

Buscamos dónde comer pero preferimos hacerlo lo menos céntrico posible para que no nos metieran una puñalada trapera.Zona de bares y restaurantes, Breda

Regresamos a Amsterdam para descansar un rato en el hotel. Javi revive tras un ibuprofeno y nos marchamos al centro a pasear y buscar un sitio para cenar.

Dimos con uno precioso y muy acogedor.

Es algo curioso lo que ocurre en Amsterdam. Absolutamente todo es un escaparate: Las casas no tienen cortinas, ni persianas, con lo que ves todo su interior y sus habitantes; los bares y resturantes tienen las sillas de cara a la calle y no como en España alrededor de la mesa y como no, el Barrio Rojo, otro curioso escaparate.

Nuestro resturante-bar preferido en Spuistraat

Después de todo hemos pasado un buen día y, lo mejor de todo, Javi ha revivido. No sé si habrá sido la pastilla o la cerveza que lo ha achispado, pero vuelve a ser él ¡Biennnn!

Continuará...