Palomica, fina y segura

Pues llegó con increíble velocidad el pedido de Evelyn (qué fisna, Palomica, pensé; una caja GIGANTE para dos teteros y sus correspondientes bragones, pero gigante de verdad, incluyendo un montón de plástico de burbujas enormes).

Y también con presteza aterrizó en mi buzón el aviso de correos para recoger HOSS, salgo cual alma que lleva el diablo hacia correos esta mañana, oh que ilusión, o qué ganas, lo recojo, llego a mi madriguera, abro la caja, cojo la falda, perfecta, el top con espalda de nadador, ideal, y también divino el top de seda azul para ir junto con la falda a la comunión de mi sobrina en Jaén. Y el vestido blanco con su lazada, ay, qué precioso que era, lo despliego con mimo y arrobo.

Y fue en ese preciso instante cuando comprobé que Palomica es una chica SEGURA como ella sola, hasta el punto de dejarse instalado en el vestido blanco de marras la etiqueta electrónica antirrobo de -supongo- la tienda donde estuvo la temporada pasada esperando con tristeza una compradora. Hala, al almacén de Palomica de vuelta, para que se lo ponga ella, si quiere.

Snif.